El torso no miente “El rostro es redundancia, afirman Deleuze y Guattari en sus Mil Mesetas. Los devenires clandestinos ocurren cuando conseguimos desrostrificar el cuerpo, pensar este “cuerpo sin órganos”, poblado por puras intensidades que pasan y circulan. Pero aquí la omisión del rostro no es emancipación de las identidades dadas: es más bien operación de anestesia de los sentidos y emociones –esos que codificados hacemos visibles con las expresiones faciales. Anulados están los gestos de dolor, agonía, remordimiento, incomodidad; debajo de una extraña y terrorífica máscara homogeneizante”. “En el hospital o en la vida, ser pacientes – palabra que proviene del latín patiens, patientis – significa sufrir, aguantar, padecer. Esperar que algo externo a nuestra voluntad opere en pos de nuestros deseos y bienestar. Cuerpo y tiempo materializan en la obra esta idea del padecimiento: el cuerpo sin identidad; el cuerpo-carne que respira artificialmente; cuerpo fluido-sangre-materia de la que estamos hechos todos; cuerpo –paciente– suspendido en el frío paréntesis de la internación, mientras el tiempo sigue su curso y cuyo decurso, más tarde o más temprano, no es más que la muerte”
Julia Rossetti
La vida es una combinación de formas y abstracciones. Los sentimientos no tienen forma, pero sus expresiones sí la tienen. El ser no tiene forma, pero su morada sí la tiene. El cuerpo es cambiante, el ser es inmutable. El cuerpo habla del paso del tiempo, de las cicatrices.
Muestra instalativa, piezas de diversos tamaños. Fotografias analogicas trabajadas en laboratorio, fotografia impresa y clavadas en pared. Instalacion y sonido.